jueves, 31 de octubre de 2013

LA OLA MAS GRANDE JAMAS SURFEADA Carlos Burle surfea olas de mas de 30 metros en Nazaret Portugal

Carlos burle junto a el equipo Red Bull -tow in- en Portugal


El brasileño Carlos Burle surfeó una ola gigante en la playa Do Norte, en Nazaré (Portugal) que puede haber acabado con el récord mundial del hawaiano Garret McNamara, mientras que la brasileña Maya Gabeira dio el susto del día por un desmayo tras ser arrastrada por una ola que le rompió un tobillo y la dejó inconsciente, Carlos la asistio y evito que se ahogara.
Burle, nacido en Recife hace 46 años, registrará su nombre en los anales del surf en el caso de que se confirme que la ola que tomó superó los 30 metros surfeados por McNamara en la misma playa de Nazaré en enero del 2013, una impresionante imagen que dio la vuelta al mundo. Surfistas de todo el mundo han convertido este punto de la costa portuguesa situado a una hora al norte de Lisboa en uno de los centros de peregrinación. Estos auténticos especialistas aguardan la tormenta perfecta para coger un avión y llegar a tiempo a Portugal para poder surfear olas inmensas. El temporal que se ha cobrado la vida de diez personas en Europa en los últimos días es el origen de estas espectaculares olas.
El de Pernambuco deberá aguardar durante un tiempo los análisis que determinarán la talla de la ola. El propio McNamara estuvo presente en la sesión, pero rehusó participar por el peligro que el fuerte oleaje de ayer entrañaba.
El incidente de la jornada lo firmó la surfista carioca Maya, nacida en Río de Janeiro hace 26 años. Al intentar surfear una ola, cayó al suelo y entró en estado de inconsciencia en la playa, donde fue atendida y posteriormente -y ya fuera de peligro- trasladada a un hospital, por precaución.
Premiada en el 2012 por la organización Save The Waves (Salvad las olas), esta abrupta playa se ve azotada por gigantescas olas debido a un fenómeno subacuático denominado cañón de Nazaré, el mayor de Europa, pues alcanza los 5 kilómetros de profundidad y los 200 kilómetros de extensión. La cercanía de la playa con la cabecera del cañón -está a menos de un kilómetro de la costa- provoca alteraciones en las ondulaciones y hace crecer las olas hasta cotas increíbles.